La encina como materia prima

En su juventud suele presentar formas arbustivas que se llegan a confundir con Quercus coccifera. En algunas ocasiones la encina permanece en estado arbustivo por las condiciones climáticas o edáficas del lugar en el que crece. Al igual que el alcornoque, tiene un sistema radical muy bien desarrollado. Su tronco se caracteriza por ser corto, grueso y recto en individuos que se encuentran aislados. La corteza es delgada, gris y lisa en ejemplares jóvenes, y oscura (negro pardusco a negro) y agrietada en placas cuadradas en ejemplares maduros, carácter que la distingue del alcornoque. La copa es densa y amplia, redondeada, abombada en estado natural y con ramificación abundante que inicia a poca distancia del suelo. Ramas gruesas y ascendentes en la parte media y superior de la copa.

Los frutos de Quercus ilex son secos e indehiscentes y se conocen como bellotas. Estas bellotas presentan color verde claro en su juventud y marrón oscuro en su madurez, miden 1,5-3 cm de longitud, son largas y puntiagudas y su cúpula, de color verde grisáceo, las cubre hasta la mitad, tiene escamas romas muy adheridas. Maduran generalmente en los meses octubre y noviembre. La producción se inicia más o menos a los 15 o 20 años de edad de la encina.

Hábitat de la encina

Quercus ilex es una especie que forma parte de bosques puros sobre grandes extensiones de terreno. Se considera que la encina no tiene requerimientos especiales del suelo pero en general se asienta sobre suelos secos o frescos y es muy resistente a la sequía y temperaturas extremas. Al mismo tiempo, Quercus ilex es resistente a los vientos salados y a la contaminación de las ciudades. Se asienta hasta los 1400 m de altitud en colinas, bosques y matorrales.

Este árbol, Quercus ilex, se encuentra ampliamente distribuido en los países mediterráneos. En el norte desde la península Ibérica hasta Turquía y en el sur desde Marruecos hasta Túnez. Sin embargo, España es el principal país con grandes extensiones de encina, aproximadamente tres millones de hectáreas de encinares que se reparten en la península y en las islas Baleares, exceptuando la franja costera cantábrica en la que se considera una especie rara. La encina suele ser plantado con fines ornamentales y de protección formando grandes franjas o cercas, con frecuencia junto al mar.

Usos y utilidades

La madera de la encina se usa para trabajos de construcción y carpintería ya que es dura, pesada y muy resistente. Con ella se fabrican piezas que tengan que soportar mucho roce, por ejemplo, se usa en carros, parquets, arados y herramientas, así como en obras hidráulicas y para crear pilares o vigas. Al igual que el alcornoque, sus frutos se usan para alimentar al ganado. También las bellotas de la encina son comestibles para los humanos. Su leña se usa para hacer un excelente carbón vegetal.

Propiedades medicinales

Las propiedades medicinales de la encina derivan de la riqueza en taninos de su corteza, especialmente del ácido cuercetánico. Los taninos cumplen una función cicatrizante al acelerar la curación de las heridas y hemostática, al detener el sangrado. La cicatrización se produce por la formación de las costras al unirse las proteínas con los taninos y crear un medio “seco”, que impide el desarrollo de las bacterias. Al constreñir los vasos sanguíneos ayudan a la coagulación de la sangre y, por tanto, contribuyen a la curación de las heridas.

Los taninos, los aceites y los minerales que contiene la corteza de encina también tienen una función antiinflamatoria.






Encina de la Dehesa Extremeña

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